Los procesos electorales más recientes en América Latina se dieron en Guatemala y en Argentina. Por un lado, el país centroamericano eligió a su próximo presidente en dos vueltas: la primera de ellas tuvo lugar el día 16 de junio y la segunda el 11 de agosto. Los candidatos que compitieron ese domingo de agosto fueron Alejandro Giammattei, por el partido de centroderecha Vamos, y Sandra Torres, por el partido socialdemócrata UNE.
Pese a que Torres se impuso en primera vuelta con un 22% de los votos, Giammattei logró unir fuerzas y votantes distintos y así obtener el 57,9% en segunda. Sin embargo, estas elecciones presidenciales estuvieron marcadas por un alto índice de abstención que registró un 62% del censo electoral. De las más de 8 millones de personas habilitadas para votar 5 millones no acudieron a las urnas, lo cual evidencia un descontento generalizado de la población hacia la política y una alta desconfianza hacia sus instituciones.
Alejandro Giammattei sucederá al cuestionado presidente Jimmy Morales, convirtiéndose en el noveno mandatario de la era democrática en Guatemala, que se empezó en 1986 tras muchas décadas de regímenes militares y autoritarios que se prolongaron y se tomaron el poder mediante golpes de Estado y fraudes electorales.
El discurso central de la campaña electoral del líder de Vamos giró en torno a la promesa de una mayor prosperidad y seguridad, la restauración de la pena de muerte, poner a trabajar a los presos y prohibirles las visitas conyugales para “que se arreglen entre ellos”. Afirmaciones polémicas que generaron tensión en algunos sectores del país.
Son muchos los retos que afrontará el nuevo presidente de Guatemala, que se posesiona el 14 de enero de 2020. Uno de los más importantes y que ha tenido a la ciudadanía movilizada e insatisfecha durante los últimos años es la corrupción sistemática y enquistada en el Estado. La lucha contra ella es una de las promesas incumplidas de Jimmy Morales y la que más le han cobrado. Giammattei es otro político más que llega al ejecutivo guatemalteco con esa misma promesa.
Otros temas que deberá enfrentar Giammattei como presidente son la cada vez más profunda pobreza y brecha social, la creciente violencia y la crisis migratoria de nicaragüenses.
Por otro lado, al sur del continente, en Argentina el mismo 11 de agosto se llevaron a cabo las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en la que las principales fuerzas políticas del país eligieron a sus candidatos presidenciales de cara a las elecciones generales que tendrán lugar el próximo domingo 27 de octubre.
Dichas elecciones primarias resultaron más que un mero trámite interno de los partidos y marcaron severamente la agenda electoral hasta el próximo octubre, puesto que el actual presidente Mauricio Macri y su coalición electoral “Juntos por el Cambio” no obtuvieron el respaldo que se calculaba. Sólo llegaron al 32% de los votos depositados, mientras que la principal fuerza opositora reunida en la coalición peronista Frente de Todos, liderada por Alberto Fernández y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, logró conquistar un poco más del 47% de los votos.
Lo anterior no sólo puso en aprietos al gobierno de Macri, que tiene que gobernar hasta diciembre, sino que produjo toda una crisis política y económica. Durante varias semanas, la ciudadanía argentina ha estado a merced del voluble y frágil mercado cambiario y una inestabilidad en los precios de alimentos y otros productos de primera necesidad.
Por un lado, el presidente Macri culpa a la oposición de dicha crisis y ha emprendido medidas que buscan palearla, pero que no cuentan con el suficiente respaldo político y ciudadano.
Tanto en la prensa como en las principales fuerzas política dan por ganador a Alberto Fernández. Sin embargo, sea cual sea el resultado, los retos que la Argentina debe enfrentar en el siguiente cuatrienio están sobre todo en la esfera económica. El país suramericano tiene la segunda inflación más alta de la región, después de Venezuela, y que se calcula en un 57%. Asimismo, según datos oficiales, la pobreza ha aumentado en los últimos años y se ubica en un 35%, afectando a más de 13 millones de personas.
Son semanas duras para el país que no comenzarán a decantarse sino hasta después del 27 de octubre, cuando el país tenga una mayor certeza de su futuro político, puesto que la fórmula Fernández-Fernández ha mostrado tener un modelo sustancialmente distinto del de Macri.