
Recientemente se revelaron los resultados de un estudio que debe llamarnos la atención, a la sociedad civil y especialmente a los Estados con sus respectivos gobiernos, puesto que son estos últimos los encargados de garantizar los derechos humanos y fundamentales de la población.
“El Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se unieron para aportar evidencia sobre el vínculo entre la inseguridad alimentaria y la emigración e informar el diseño de políticas públicas y programas en la región. El estudio reconoce que la pobreza, la violencia y la variabilidad climática son factores asociados que empujan a los hogares hacia la emigración, sea como familias o como individuos”, reza una parte del prefacio del estudio denominado “Seguridad alimentaria y emigración: por qué la gente huye y el impacto que esto tiene en las familias que permanecen en El Salvador, Guatemala y Honduras”.
Entre sus principales hallazgos se pueden contar los siguientes:
- Las pobres condiciones de vida que afrontan las comunidades que viven en el denominado Corredor Seco generan migrantes hacia el norte a una escala cada vez mayor.
- En el año fiscal 2016, la Policía de Migración y Aduanas de EEUU (CBP) detuvo a más de 400.000 personas indocumentadas en la frontera sur, de las cuales casi 60.000 eran menores de 16 años, la mayoría provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras.
- Existe un vínculo claro entre la inseguridad alimentaria y la migración.
- El 58 por ciento de los hogares entrevistados para este estudio en el Corredor Seco gastan más de dos tercios de sus ingresos en alimentos lo que evidencia un nivel alto de vulnerabilidad económica.
- El 42 por ciento de los hogares entrevistados en Guatemala mostró niveles preocupantes de consumo alimentario con categoría de pobre o fronterizo.
- La violencia es la causa dominante de la emigración en El Salvador, pero es una causa menos importante en Guatemala y Honduras.
- El 79 por ciento de los migrantes son hombres entre 20 y 29 años.
- La mitad de los deportados trabajaban en agricultura antes de partir.

Este estudio es importante, en el marco del proceso que se está adelantando desde el Foro Ciudadano de las Américas, por varias razones. Primero, porque supone que los Estados de los países señalados en el estudio no están cumpliendo con sus funciones básicas de garantía de derechos, aún cuando tienen obligaciones legales, de orden nacional e internacional, e igualmente se han comprometido, por ejemplo, en distintos mandatos emanados de las últimas cumbres de las Américas, en los cuales los temas de migración y condiciones de dignas de salud han sido temas centrales de los debates que se da en ese concierto continental. Asimismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en sus objetivos 1 y 2: fin de la pobreza y hambre cero, han dado lineamientos claros en esos temas en particular.
En es este último año, el Foro ha hecho un trabajo juicioso de análisis, seguimiento y sistematización de los últimos mandatos de la Cumbre de 2015 y se han encontrado varios incumplimientos por parte de algunos en Estados en dichas materias. Centroamérica es una de las zonas que más preocupan, con el agravante que de que existen niveles inquietantes de subregistro o de poca información pública disponible.
A lo anterior, hay que agregar que recientemente en un país como Guatemala la corrupción es alarmante, como lo demuestran los hechos de los últimos años, en donde ya un presidente renunció por su participación en ilícitos y el actual ha provocado una crisis política por expulsar al jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, días después de que junto con el Ministerio Público lo denunciara por no cumplir con los mandatos de transparencia y rendición de cuentas de su partido político.
Como parte de la sociedad civil, el Foro Ciudadano de las Américas llama la atención para que los Estados del continente cumplan con sus compromisos y para que en la próxima Cumbre, a realizarse en Lima, se haga una evaluación crítica sobre los últimos mandatos y para que los próximos que salgan de Perú sean medibles y con metas claras, de tal forma que no sean letra muerta.
Invitamos a consultar el informe completo en haciendo clic acá.